El transporte público, evoluciona junto con la ciudad, nos cuenta la historia de sus habitantes y se presenta como un espacio para el encuentro de hombre, mujeres y niños. Debido a la pandemia su aforo se ha reducido y muchos habitantes se debaten entre la necesidad y la salud.
Este recorrido inicia en las calles Colón y 6 de diciembre, dos vías esenciales para la movilidad dentro de la ciudad. Cooperativas de transporte urbano, llegan desde los barrios más alejados y acercan a sus pasajeros a los sectores más céntricos de Quito.
Las cooperativas de transporte urbano han visto con preocupación la reducción de su aforo debido a la pandemia del covid-19. Existen ciudadanos que utilizaban diariamente este tipo de bus azul para movilizarse, pero desde la llegada del virus han optado por no utilizar el transporte público.
Muchos evitan subirse a estos buses, mientras que para otros, es la única opción para llegar de un sector a otro de la ciudad.
El incremento del pasaje es un nuevo problema que afecta a usuarios y choferes. Hace un poco más de 17 años que el precio del pasaje urbano se ha mantenido en 25 ctvs. Mientras este pasaje se mantiene el valor por el combustible va en aumento.
El incremento del pasaje a 35 centavos de dólar, implica modificaciones y regulaciones en las unidades de transporte. Un gasto que deberá ser asumido por los choferes y cooperativas, quienes han sufrido un sinnúmero de pérdidas humanas. Compañeros, amigos y familiares que fueron victimas del covid-19.
Ellos continúan recibiendo gente en sus unidades y trabajando la jornada completa, esperan el pronunciamiento de las autoridades para su vacunación, pero afirman que nadie se ha preocupado por inmunizarlos.
También han tenido que respetar el 30% de aforo dentro de sus unidades y afirman con descontento que está regulación solo afecta a los buses azules. Mientras que los transportes que poseen su vía exclusiva no lo hacen.
En medio de todo el ruido de la gran ciudad, algunos usuarios encuentran un descanso en el trayecto de sus hogares a sus lugares de trabajo.
Dentro de las unidades de la ecovía, podemos observar a los usuarios adaptados a utilizar está nueva prenda de vestir; la mascarilla y en algunos casos los visores para el rostro, que se han convertido en los indispensables de su vestimenta.
Muchos ciudadanos prefieren movilizarse en los transportes municipales que poseen su vía exclusiva, porque son significativamente más veloces y su recorrido cruza la ciudad de forma lineal.
Las personas buscan el espacio más cómodo para viajar y permitirse un momento para reflexionar, organizar su tiempo y resolver día a día, los problemas que el virus agregó a nuestras vidas.
Podemos encontrar otra cara del transporte en Quito y a quienes han decidido aprovechar este espacio para generar un sustento para sus familias. Diversos son los productos que se ofertan dentro de las paradas de la ecovía.
El trabajo informal se ve reflejado en la diversidad de sus productos y de quienes los expenden. Hombres y mujeres, padres y abuelos, trabajadores nacionales y extranjeros que se reúnen en este espacio.
Un espacio en donde encontramos a este joven, contando el dinero recolectado en el último recorrido realizado.
Un micrófono, su parlante y las letras de sus canciones le ayudan a generar un poco de dinero para poder vivir en la capital.
El servicio de transporte público se encuentra en cada ciudad del mundo, creado para recibir y ayudar una gran diversidad de personas que necesitan movilizarse, viajar, trabajar o reflexionar. Parte de su mejora proviene de los usuarios, su cuidado y su responsabilidad ante el covid-19.
